La expresidenta nicaragüense Violeta Barrios de Chamorro, fallecida a los 95 años, fue sepultada en Costa Rica tras haber residido allí los últimos 20 meses bajo el cuidado de sus hijos, desterrados y despojados de su nacionalidad por el gobierno de Daniel Ortega. Chamorro, que gobernó entre 1990 y 1997, descansa en la tumba de su tío en San José, a la espera de un futuro traslado a Nicaragua cuando haya cambios políticos. En una ceremonia familiar, sus hijos prometieron llevar sus restos a su país natal cuando «vuelva a ser república». La exmandataria fue celebrada como una figura clave en la transición democrática de su país.
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