Catherine Connolly ha sido elegida presidenta de Irlanda con el 63% de los votos, marcando un hito al ser la candidata de izquierda más apoyada y rompiendo con la tradición política del país. A sus 67 años, esta abogada se presentó como la voz de la juventud irlandesa, reivindicando la paz, la neutralidad y la lucha contra el cambio climático. Su elección simboliza un cambio en un país afectado por la crisis de vivienda y el alto costo de vida. Connolly ha contado con el respaldo de partidos como el Sinn Féin, superando significativamente a candidatos de partidos tradicionales. Su presidencia, aunque más simbólica que ejecutiva, representa una crítica al actual gobierno conservador.
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