El banco central de Estados Unidos ha decidido mantener la tasa de interés en el 4,3%, en un intento por equilibrar el crecimiento económico y controlar la inflación en medio de un panorama económico complejo. Esta decisión refleja una cautela ante posibles riesgos futuros y busca brindar estabilidad financiera en el país. Analistas observarán de cerca cómo esta medida afectará factores como el consumo y la inversión en los próximos meses.
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