El sistema experimentó una interrupción en su funcionamiento normal debido a una «avalancha de peticiones», lo que llevó a considerar que el supuesto borrado de datos denunciado por una asociación no ocurrió y, por tanto, no se cometió ningún delito. La sobrecarga impidió que el sistema operara eficazmente, descartando así cualquier manipulación intencionada de la información.
Leer noticia completa en El Mundo.



