En Marruecos, miles de jóvenes han salido a las calles de al menos 11 ciudades, convocados a través de plataformas como Discord y TikTok, para protestar contra las políticas gubernamentales que priorizan proyectos faraónicos, como la construcción de estadios para el Mundial de 2030, sobre la mejora de servicios públicos esenciales como la salud y la educación. Las manifestaciones, desencadenadas por la muerte de ocho mujeres en un hospital público, han sido severamente reprimidas, con más de 120 detenciones reportadas. La descontenta Generación Z marroquí critica la corrupción y las desigualdades sociales, exigiendo un cambio profundo en el país. La tensión se intensifica en un contexto de alta inflación, creciente desempleo juvenil y una economía que se percibe desalineada de las necesidades básicas de la población. La fastuosa inversión en estadios contrasta con el clamor por servicios esenciales, alimentando aún más las protestas en un país dividido por profundas desigualdades.
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