Dos reclusos lograron evadirse de la prisión más poblada de España aprovechando el caos generado durante un partido de fútbol. La fuga se ejecutó sin activar alarmas ni levantar sospechas entre el personal de seguridad y los demás internos. Este incidente pone en evidencia fallos en los protocolos de seguridad y vigilancia de la institución penitenciaria, planteando serias interrogantes sobre la eficiencia del sistema. Las autoridades penitenciarias aún no han ofrecido una explicación detallada de cómo pudo ocurrir la fuga sin ser detectada.
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