Mali se ha convertido en el principal país africano en términos de migración hacia España, debido a una crisis regional marcada por conflictos y cambios climáticos que han dejado a millones de desplazados en el Sahel. La situación es alarmante con ataques constantes a civiles, especialmente a mujeres y niñas. A pesar de que muchos malienses cumplen los requisitos para el estatus de refugiado en España, pocos logran llegar debido a la peligrosa ruta llena de violencia. La mayoría de los desplazados se quedan en países africanos, pero las condiciones precarias y escasez de fondos impulsan a muchos a buscar una ruta hacia el Mediterráneo o Canarias. Con un trasfondo de dictaduras y conflictos insurgentes, y tras su independencia de Francia en 1960, Mali ha visto un aumento en los vínculos con Rusia, que ahora domina la presencia militar junto al grupo Wagner. La violencia y la pobreza extrema, agravadas por la crisis climática, impulsan el fenómeno migratorio conocido como «efecto expulsión». Europa, en un intento por contener la migración, ha adoptado políticas y acuerdos para desviar el flujo migratorio, aunque sin una solución definitiva.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.