La reciente ofensiva en Siria, liderada por los yihadistas de Hayat Tahrir al Sham (HTS), ha dado lugar a la captura de Alepo, marcando un destacado giro en el prolongado conflicto del país. Este enfrentamiento se enmarca dentro de una guerra civil que comenzó en 2011, con fuerzas opositoras al régimen de Bachar el Asad recibiendo respaldo de naciones como Turquía y Estados Unidos, mientras el gobierno cuenta con el apoyo de Irán, Rusia y Hezbolá. Aunque el régimen había logrado recuperar gran parte del territorio tras años de intenso conflicto, la estabilidad conseguida a través de acuerdos mediadores se ha visto interrumpida por esta nueva acometida. El HTS, originalmente vinculado a Al Qaeda, busca derrocar a Asad y establecer un régimen islámico. En respuesta, el gobierno, con ayuda de Rusia, ha intensificado sus operaciones militares. Estados Unidos, distanciándose de la ofensiva, ha llamado, junto a otras potencias occidentales, a una desescalada del conflicto en una región ya tensionada por otros conflictos en Líbano y Gaza.
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