Donald Trump ha llevado a cabo una rápida y llamativa transformación del Despacho Oval tras su regreso a la presidencia de Estados Unidos, reemplazando el estilo minimalista de su predecesor Joe Biden por una opulenta decoración inspirada en su residencia de Mar-a-Lago. El nuevo diseño incorpora abundantes elementos dorados, desde querubines y águilas hasta una réplica del trofeo Copa Mundial de la FIFA, destacando un predominante estilo barroco y un toque personal marcado por la presencia de su ficha policial. La elección decorativa de Trump, criticada por su ostentación y falta de presidencia, también incluye una colección de retratos de figuras como Ronald Reagan y George Washington, reflejando una necesidad de proyectar poder y continuidad histórica. Con la Casa Blanca convertida en un escaparate de su egocéntrica visión, la remodelación enfatiza tanto su enfoque en la imagen como en la escenografía política.
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