Noruega se encuentra sumida en un período de gran preocupación debido a las recientes complicaciones que rodean a Marius Borg, el hijo mayor de la princesa Mette-Marit. Marius, medio hermano de la princesa Ingrid Alexandra y Sverre Magnus, ha sido objeto de denuncias y detenciones por diversos problemas legales, incluyendo tráfico, velocidad, y acusaciones de maltrato hacia su última pareja. Estas situaciones han generado una ola de inquietud sobre el efecto que estos incidentes podrían tener en la imagen de la familia real.
Ante esta situación, se ha tomado la decisión de ampliar el servicio militar de la princesa Ingrid de 12 a 15 meses. Observadores señalan que esta medida busca alejar a Ingrid de la situación complicada de su medio hermano, protegiendo a la joven heredera de los escándalos que amenazan con empañar la credibilidad de la institución real. Esta decisión, al parecer promovida por la propia familia, tiene como objetivo principal mantener a Ingrid enfocada en su formación dentro de las Fuerzas Armadas.
Ingrid siempre ha expresado un profundo afecto y lealtad hacia Marius. En su discurso de 18 cumpleaños, la princesa agradeció a su hermano por todo lo que había aprendido de él, destacando su admiración y la importancia que él y su hermano menor, Magnus, tienen como parte de su «red de seguridad».
Sin embargo, las preocupaciones sobre el comportamiento de Marius y su impacto en la imagen pública de la familia real persisten, especialmente tras las revelaciones de varias ex parejas que han confirmado haber sufrido abusos. Este clima de incertidumbre añade presión sobre la familia real, que debe navegar cuidadosamente para proteger tanto a sus miembros como a su legado institucional.