Hambrientos, sucios y cansados, varios centenares de viajeros pasaron la noche en el vestíbulo de la estación, contando con el apoyo solidario de la comunidad local y de miembros de la Cruz Roja y la Unidad Militar de Emergencias (UME). La situación excepcional provocó una emotiva respuesta vecinal, proporcionando ayuda esencial a los afectados mientras se encontraban en espera de seguir su viaje.
Leer noticia completa en El Mundo.