El caso de Martha Mills ha generado una respuesta significativa, llevando a la creación de una línea telefónica para solicitar una segunda opinión médica, un recurso que sus padres no tuvieron a su disposición. Después de que Martha sufriera una caída en bicicleta, sus padres expresaron repetidamente su preocupación ante los médicos, quienes desestimaron sus inquietudes al considerarlos «demasiado ansiosos». Este incidente ha subrayado la importancia de escuchar a los pacientes y sus familias, promoviendo cambios en la atención médica para evitar futuros desestimientos de señales de alerta que podrían ser críticas.
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