En Honduras, la incertidumbre electoral reina mientras el recuento de votos de las elecciones presidenciales se detuvo sin explicación, favoreciendo ligeramente al conservador Nasry Asfura con un 40,20% frente al 35,9% del liberal Salvador Nasralla, tras escrutarse más del 88% de los votos. La Organización de Estados Americanos (OEA) criticó la «falta de pericia» y los problemas técnicos del conteo, instando a mayor transparencia y agilidad. El partido oficialista, Libre, exige anular las elecciones por presunto fraude, mientras cuestionan errores y el sistema de transmisión de resultados. Nasralla rechaza la nulidad, señalando a la empresa contratada, y Asfura permanece callado en medio de tensiones crecientes.
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