La delincuencia organizada está aprovechando las deficiencias en la legislación actual para expandir sus actividades ilícitas. Los grupos criminales se infiltran en diversas áreas, explotando las brechas legales y la falta de control regulatorio. Esto no solo compromete la seguridad pública, sino que también afecta el desarrollo económico y social, ya que los gobiernos luchan por implementar medidas efectivas para contrarrestar estas amenazas crecientes.
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