La incursión y derribo de drones rusos en el espacio aéreo polaco ha encendido las alarmas en Europa y la OTAN, subrayando la proximidad del conflicto en Ucrania. En una respuesta sin precedentes, cazas de varios países de la Alianza Atlántica participaron en la neutralización de las amenazas, incluyendo aviones F-35 de los Países Bajos y F-16 de Polonia, además de sistemas antiaéreos alemanes. Este incidente, el más grave desde el inicio de la guerra en Ucrania en 2022, ha generado una condena unánime por la «violación imprudente» del espacio aéreo. La situación ha llevado a Polonia a invocar el artículo 4 de la OTAN, enfatizando la necesidad de reforzar la disuasión y defensa en Europa. Los líderes europeos, incluidos von der Leyen y Macron, han llamado a aumentar la presión sobre Rusia, mientras que la UE planea una alianza con Ucrania para la fabricación de drones. El incidente destaca el riesgo de escalada y la urgencia de una respuesta firme y coordinada.
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