Durante su intervención en el Foro Económico Mundial de Davos, el presidente estadounidense Donald Trump instó a la Unión Europea a relajar las regulaciones que, según él, entorpecen a los empresarios, destacando su experiencia personal con un proyecto en Irlanda que se vio retrasado por la burocracia europea. Trump criticó además los altos aranceles impuestos por la UE a los productos estadounidenses, afirmando que estas barreras perjudican la competencia y afectan el comercio bilateral, especialmente en el sector automotriz. Expresó su descontento con el tratamiento injusto hacia compañías estadounidenses como Apple y Google, debido a las sanciones impuestas por la UE, y pidió acelerar los procesos de aprobación para mejorar la competitividad de sus «amigos» en la región.
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