El ascenso de Elon Musk al Departamento de Eficiencia Gubernamental en EE. UU., tras la victoria de Donald Trump, ha generado un debate en torno al impacto de su plataforma X en la polarización política. Un estudio publicado en Nature Communications revela que la comunicación política en X en nueve países, incluido España, es predominantemente abusiva, exacerbando divisiones entre simpatizantes políticos y contrarios. Este fenómeno, denominado "polarización afectiva", lleva a expresiones de hostilidad hacia ideologías opuestas, con resultados que son más tóxicos en interacciones entre adversarios políticos que entre aliados. Esta realidad ha impulsado a usuarios, medios y figuras públicas a abandonar X en favor de alternativas como Threads y Bluesky, reflejando un cambio en el panorama de las redes sociales. La investigación plantea preocupaciones sobre la calidad de la comunicación política y advierte que el acceso restringido a datos de X podría dificultar futuros estudios sobre su impacto.
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