La capacidad para obtener beneficios en el país se sitúa un 16,3% por debajo del promedio de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), reflejando desafíos significativos en términos de competitividad y eficiencia económica. Esta diferencia puede impactar en la inversión extranjera y en el crecimiento económico a largo plazo, subrayando la necesidad de implementar reformas estructurales para mejorar el entorno de negocios y fomentar un crecimiento más sólido y sostenible.
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