El conflicto en Gaza, con un saldo de 65,000 víctimas, ha generado divisiones entre los partidos de derecha europeos, tradicionalmente aliados de Israel. La política de Benjamin Netanyahu, que admite su preparación para el aislamiento internacional, ha derivado en críticas por las víctimas civiles y violaciones del derecho internacional. Líderes como Giorgia Meloni en Italia y Friedrich Merz en Alemania han comenzado a expresar críticas más fuertes, evidenciando una fractura en el apoyo tradicional a Israel. Emmanuel Macron en Francia impulsa el reconocimiento del Estado palestino como herramienta de presión, reflejando un cambio en el enfoque europeo hacia una postura más crítica. Ursula von der Leyen también indica un giro de la Comisión Europea al proponer sanciones. Países Bajos e Irlanda han adoptado medidas contra productos de asentamientos ilegales, mientras Grecia y Bélgica usan un lenguaje severo contra las acciones israelíes. Esta situación ha convertido el respaldo a Israel en un nuevo punto de tensión política para la derecha europea.
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