La arquitectura ARM, que durante años ha sido un pilar en el mundo de los dispositivos móviles, está experimentando un momento transformador, con miras a expandirse en el mercado de PCs y centros de datos. ARM Holdings ha planteado sus expectativas: aumentar del 15% al 50% su participación en el mercado global de CPUs para centros de datos para finales de 2025. En el frente de PCs, la competencia es cada vez más intensa con procesadores como el Snapdragon X Elite de Qualcomm desafiando a gigantes como Intel y AMD.
El sector de centros de datos es una pieza clave en esta estrategia. Mohamed Awad, vicepresidente senior de infraestructura de ARM, resalta la ventaja energética de ARM frente a sus competidores. Dado el elevado consumo energético de los centros de datos impulsados por IA, esta eficiencia es decisiva. A pesar de las ambiciosas proyecciones de ARM, algunos expertos, como Manoj Sukumaran de Omdia, consideran que el objetivo del 50% es más bien aspiracional, previendo una participación del 20-23% para 2025.
Gigantes tecnológicos como Google y Microsoft ya están explorando procesadores de datos basados en ARM, mientras que Amazon lidera con su línea Graviton. NVIDIA también adopta ARM con su chip Grace, que acompaña sus sistemas avanzados de IA.
En el terreno de las PCs, Qualcomm avanza con su serie Snapdragon X, que según los benchmarks rivaliza en rendimiento con los chips de Intel y AMD, ofreciendo además una mejor duración de batería. Sin embargo, persisten desafíos, especialmente en términos de compatibilidad de software en plataformas Windows-on-ARM.
Apple, por su parte, mantiene su liderazgo con la serie M, destacando con su chip M4, el cual ofrece un rendimiento sobresaliente en múltiples pruebas. Mientras tanto, NVIDIA planea introducir en 2025 una plataforma CPU y GPU basada en ARM, lo que podría proporcionar una alternativa robusta para usuarios de Windows.
Intel y AMD no se quedan atrás. Han anunciado una colaboración para reforzar su ecosistema x86, que aún domina con el 90% del mercado de CPUs para centros de datos y cliente. No obstante, enfrentan una creciente presión de nuevas alternativas basadas en ARM.
La competencia entre ARM y x86 se centra en aspectos como eficiencia energética versus rendimiento bruto y compatibilidad de software. Aunque ARM ofrece ventajas claras en rendimiento por vatio y escalabilidad, x86 posee una amplia base instalada y un ecosistema de software consolidado.
Las proyecciones para el futuro inmediato sugieren que ARM incrementará su presencia, pero sin desplazar completamente a x86. En el mercado de PCs, ARM podría alcanzar un 13% de los envíos para 2025, mientras que en centros de datos, un crecimiento al 25-30% es visto como más realista.
La evolución en este espacio tecnológico será clave, y el desarrollo de software compatible con ARM será un factor determinante. Mientras ARM sigue avanzando, la capacidad de reacción de x86 será crucial para mantener su relevancia en una industria en rápido cambio. La carrera hacia 2025 está en marcha, y el desenlace definirá el futuro de la computación.