Entre marzo y junio de 1999, la OTAN llevó a cabo una intensa campaña de bombardeos sobre Yugoslavia, un hecho que el cineasta serbio Emir Kusturica mantiene presente. Kusturica responsabiliza al entonces secretario general de la alianza, Javier Solana, por estas acciones, y en respuesta simbólica, ha erigido una cárcel en Mećavnik, un pueblo que construyó en las montañas de Serbia. Este lugar, que alberga un resort y un festival de cine, mantiene las imágenes de Solana y George W. Bush como recordatorio de los eventos que Kusturica considera un crimen inolvidable. Solana, quien justificó los bombardeos para evitar genocidios, sigue siendo una figura controvertida en la región, todavía marcada por los traumas del conflicto.
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