En 2018, Bruselas marcó un hito global en la protección de datos con la implementación del Reglamento General de Protección de Datos (GDPR). Sin embargo, este marco normativo ahora se enfrenta a desafíos no previstos, especialmente en el ámbito de la inteligencia artificial. La normativa, diseñada para salvaguardar la privacidad, debe adaptarse a las nuevas tecnologías que plantean complejos dilemas éticos y legales. Bruselas busca soluciones para regular eficazmente el uso de la inteligencia artificial, manteniendo los principios de protección de datos que fueron establecidos.
Leer noticia completa en El Mundo.
