El Tribunal de Justicia de la Unión Europea ha dictado una sentencia que obliga a todos los Estados miembros a reconocer las uniones civiles y matrimonios legalmente establecidos en cualquier país de la UE, incluso si tales uniones no son reconocidas por la legislación nacional de ese Estado. Esta resolución busca garantizar la libertad de circulación y residencia de las personas dentro de la Unión, homogenizando el trato a estos vínculos legales y asegurando que no existan discriminaciones basadas en el origen del reconocimiento de la unión. La sentencia refleja el compromiso de la UE con la protección de los derechos individuales y la cohesión legal entre sus países miembros.
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