Estados Unidos ha descartado la imposición de aranceles del 30% a las mercancías provenientes de la Unión Europea que estaba programada para el 1 de agosto. Esta decisión alivia tensiones comerciales entre ambos bloques, evitando así posibles represalias y protegiendo miles de millones de dólares en comercio transatlántico. La medida, que había generado preocupación en diversos sectores económicos, parece formar parte de un esfuerzo conjunto por mantener las relaciones comerciales estables y evitar un conflicto que podría perjudicar a industrias clave en ambos lados del Atlántico.
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