El mercado de la vivienda en España enfrenta un desafío significativo conforme avanza el año 2025. Aunque las condiciones hipotecarias actuales y el aumento en el ahorro de los hogares parecen favorecer la compra de inmuebles, Ferran Font, director de Estudios de pisos.com, advierte que hay una demanda creciente que la oferta no logra satisfacer. Esta discordancia podría desembocar en una exclusión residencial si no se corrige el déficit actual.
La clave para el futuro del mercado inmobiliario español radica en la capacidad del país para ampliar la oferta de viviendas, agilizar los procesos de promoción y crear opciones asequibles. A pesar de que la economía muestra signos de dinamismo, el acceso a la vivienda continúa siendo un reto formidable según el informe anual de pisos.com, que evalúa el estado del sector y proyecta una serie de previsiones para el próximo año.
A nivel global, las tensiones políticas en regiones como Gaza y Ucrania mantienen su influencia en la agenda internacional. España, por su parte, parece encaminada a cerrar 2025 con un crecimiento del PIB entre el 2,6% y el 3%. Sin embargo, se anticipa una ralentización para 2026, con pronósticos de crecimiento que oscilan entre el 1,8% y el 2,3%. La inflación, que sigue siendo un tema crítico, podría situarse entre el 2,5% y el 2,8% hacia finales de este año.
Aunque los hogares españoles han conseguido ahorrar de manera significativa, estos fondos se destinan mayormente a sostener el consumo cotidiano en lugar de utilizarse para la compra de viviendas. La moderación de los tipos de interés ha mejorado las condiciones de financiación, pero no se traduce automáticamente en un aumento del acceso a la vivienda. Como explica Font, «el desajuste entre oferta y demanda sigue impulsando el alza de precios, afectando especialmente a las finanzas más modestas».
El informe detalla una tendencia inquietante: cada año se generan más hogares que nuevas viviendas, creando una brecha insostenible. Si no se interviene de manera efectiva, esta situación podría perpetuar el problema del acceso a la vivienda en el país. Para finales de 2025, se espera que los precios de venta incrementen en torno al 13,7%, con una moderación del 7,8% para 2026, pero sin indicios de una corrección generalizada en la oferta.
En el ámbito de las compraventas, se están registrando cifras sin precedentes con proyecciones que superan las 709.000 operaciones en 2025. Sin embargo, el mercado sigue vedado para los jóvenes, y la demanda se muestra cada vez más selectiva y sensible a los precios. El sector hipotecario, por su parte, ha experimentado un crecimiento notable, con un incremento interanual de hasta el 54,4%. Las políticas del Banco Central Europeo de mantener los tipos de interés controlados han creado un ambiente favorable para los compradores, aunque se anticipa que las condiciones podrían endurecerse debido a un proceso de filtrado más estricto.
En cuanto a la obra nueva, se prevé un incremento leve en la emisión de visados, pero el déficit actual de viviendas continuará presionando sobre los precios. En el segmento de alquiler, la situación es aún más crítica, con un aumento en los precios estimado en torno al 10% anual, reflejo de la escasez de oferta frente a una demanda que no deja de crecer.
El futuro del mercado inmobiliario en España dependerá de una respuesta eficaz para rectificar la discrepancia entre la oferta y la demanda y de políticas que promuevan la creación de viviendas accesibles para todos los ciudadanos. Sin cambios significativos, el desafío de acceder a una vivienda digna y asequible continuará siendo un panorama sombrío para muchas familias españolas.
