En un incidente que llama la atención más allá del ámbito deportivo, LaLiga ha intensificado sus esfuerzos por combatir la piratería, provocando un efecto no deseado: la interrupción de servicios legítimos en Internet. Durante el pasado fin de semana, miles de jugadores del videojuego free-to-play «Blue Protocol: Star Resonance» se encontraron desconectados debido a bloqueos masivos de direcciones de Cloudflare, una medida que supuestamente apunta a frenar la retransmisión ilegal de fútbol, sin distinguir otros usos legítimos.
El corte de servicio coincidió con el inicio de la jornada de LaLiga el sábado 18 de octubre. Este no es un caso aislado, ya que en semanas anteriores, plataformas como Steam también enfrentaron problemas similares. El patrón es claro: durante los fines de semana, testimonios en redes sociales de pequeños comercios y particulares destacan la imposibilidad de acceder a servicios en línea debido a estas restricciones.
La metodología utilizada por LaLiga involucra el bloqueo de amplios rangos de IP de Cloudflare, un proveedor que sirve a millones de webs y aplicaciones. Si bien esta estrategia busca combatir la piratería, termina por desconectar servicios legítimos que comparten la misma infraestructura.
Especialistas señalan que el problema es más profundo: el internet actual se basa en infraestructura compartida, donde una misma IP puede albergar múltiples servicios. Bloquear por IP, en lugar de por contenido específico, provoca daños colaterales significativos.
La comunidad de jugadores se mostró especialmente molesta, señalando que estos bloqueos suelen coincidir con momentos críticos de juego durante los fines de semana. Además de la frustración, esto afecta el modelo de negocio de los juegos free-to-play, que dependen de microtransacciones, poniendo en riesgo la retención de usuarios.
Para abordar este problema, se propone la implementación de medidas más finas y específicas, como el bloqueo por dominios o huellas digitales del contenido. También se sugiere la creación de listas trazables que permitan auditar y revisar las acciones tomadas.
La coordinación entre operadores, titulares de derechos y proveedores es esencial para minimizar el impacto en servicios legítimos. Los reguladores también deben garantizar medidas proporcionales y transparencia en las acciones judiciales.
La situación no solo afecta al mundo del fútbol; se ha convertido en un tema de debate que involucra a todos los actores del ecosistema digital. El reciente incidente con «Blue Protocol» resalta la urgencia de revisar y afinar estas herramientas para evitar nuevos episodios de interrupción que perjudiquen a usuarios y servicios legítimos.