En la antesala del esperado Super Bowl en Nueva Orleans, la atención no sólo se centra en el enfrentamiento entre los Philadelphia Eagles y los Kansas City Chiefs, sino también en las extravagantes apuestas ligadas a la pareja conformada por Taylor Swift y Travis Kelce. Mientras que el espectáculo deportivo atrae a millones, los rumores sobre una posible propuesta matrimonial de Kelce a Swift durante el evento han capturado la imaginación de muchos, incentivando apuestas inusuales, desde el color del lápiz labial de Swift hasta si ella llevará una sudadera de su novio. Estas especulaciones reflejan el denominado «efecto Taylor Swift», que ha revitalizado la audiencia femenina de la Super Bowl, alcanzando cifras récord de 123,7 millones de espectadores gracias al interés de las jóvenes. A pesar de que las apuestas no deportivas no son legales en EE. UU., sitios en Canadá permiten a los entusiastas apostar sobre eventos no oficiales. La relación Swift-Kelce ha impactado no solo en la NFL, sino también en la economía del espectáculo y la televisión estadounidense, convirtiéndose en un fenómeno cultural que supera el puro interés deportivo.
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