Pasajeros del vuelo IB579 de Iberia, que partió de Madrid hacia París, enfrentaron un tenso regreso cuando un ave de gran tamaño, posiblemente un buitre leonado, impactó el avión, dañando su morro y provocando un fallo en el motor. Este incidente, habitual en aviación como un «bird strike», resultó en el desprendimiento de fuselaje que terminó afectando el motor izquierdo, llenando la cabina de humo y activando las mascarillas de oxígeno. Tras la alarma, el vuelo regresó de emergencia a Barajas, donde los servicios de emergencia garantizaron un aterrizaje sin incidentes mayores. Iberia organizó un vuelo alternativo, asegurando la llegada de los pasajeros a París más tarde esa noche. Afortunadamente, no hubo heridos, solo daños materiales, y se reconoció el eficaz desempeño de la tripulación.
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