En su discurso de investidura, el primer ministro francés, Sébastian Lecornu, anunció la suspensión de la controvertida reforma de las pensiones aprobada por decreto en 2023, hasta después de las elecciones presidenciales de 2027. Este movimiento busca asegurar apoyo parlamentario y evitar mociones de censura, especialmente del bloque socialista, crucial para la estabilidad del gobierno. La medida, que costará 1.800 millones de euros en 2027, fue bien recibida por destacados políticos socialistas y el Nobel de Economía Philippe Aghion. Lecornu también propuso una conferencia sobre pensiones y abogó por una contribución de grandes fortunas, mientras destacó la importancia del Parlamento en un contexto de déficit fiscal elevado.
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