Bangladesh, un país con una larga tradición de movimientos estudiantiles influyentes, ha visto una vez más cómo sus estudiantes han forzado un cambio significativo en el liderazgo político. La reciente dimisión y huida de Sheikh Hasina, quien dirigió el país durante los últimos 15 años, fue provocada por protestas masivas iniciadas por estudiantes en reacción a una ley de cuotas para empleos públicos, considerada injusta. Este movimiento se suma a una rica historia de activismo estudiantil que ha estado presente desde antes de la independencia del país en 1971. El papel de los estudiantes ha sido fundamental en la lucha por la democracia, la justicia social y la igualdad de oportunidades. Recientemente, la negativa del gobierno a eliminar el sistema de cuotas y su respuesta violenta a las protestas culminaron en la caída de Hasina. En su lugar, Muhammad Yunus, Premio Nobel de la Paz, ha sido nombrado líder provisional en un intento de guiar a Bangladesh hacia un futuro democrático, aunque el caos y la incertidumbre persisten en el país.
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