La reciente comparecencia de Lisa Su, CEO de AMD, ante el Comité de Comercio, Ciencia y Transporte del Senado de Estados Unidos ha marcado un hito en la estrategia tecnológica nacional. En su intervención, Su delineó una visión estratégica fundamentada en la creación de ecosistemas abiertos, el refuerzo de la industria nacional, la atracción de talento global y el despliegue masivo de inteligencia artificial (IA). Su presentación no fue una defensa corporativa más, sino un auténtico manifiesto ante el imparable avance de China.
“La inteligencia artificial no es el futuro, es el presente”, afirmó con contundencia Su, subrayando que quien lidere su desarrollo definirá el rumbo económico y geopolítico de los próximos años. Sus palabras resonaron con fuerza, especialmente al destacar ejemplos concretos como la colaboración de AMD con el Departamento de Energía de EE.UU. en la construcción de superordenadores de vanguardia, esenciales para la investigación científica y la defensa nacional.
El énfasis de Su no se limitó al hardware. Propuso llevar la IA más allá de su actual predominio en la nube, extendiéndola a dispositivos médicos, vehículos y fábricas. Esto implica acelerar la construcción de centros de datos y asegurar una fuente de energía sostenible. Además, abogó por reforzar el ecosistema tecnológico dentro del país.
Uno de los pilares de su propuesta es la adopción de estándares abiertos y plataformas interoperables. Este enfoque colaborativo busca que hardware, software y servicios trabajen sobre una base común, fomentando la innovación y protegiendo la soberanía tecnológica. Su visión, más integradora que proteccionista, propone liderar un enfoque que maximice la resiliencia frente a amenazas externas.
El fortalecimiento de la capacidad industrial es otro componente clave. Su instó a mejorar la fabricación de chips avanzados en el país, celebrando los avances como las fábricas de TSMC en Arizona, pero subrayando que se necesita un esfuerzo nacional para lograr la independencia tecnológica. Esto requiere integrar diseño, producción y ensamblaje, apoyados por políticas públicas efectivas.
En línea con otras voces del sector, Lisa Su destacó que el talento es el verdadero motor en esta carrera tecnológica. Propuso reforzar la educación en STEM, modernizar programas técnicos y flexibilizar la inmigración de expertos en IA. Atraer los mejores cerebros del mundo es, a su juicio, una condición indispensable para el liderazgo.
Finalmente, Su advirtió sobre los riesgos del aislamiento tecnológico. Insistió en que aislar a las empresas en nombre de la seguridad nacional puede ser perjudicial. Si los aliados de EE.UU. no tienen acceso a tecnologías clave, buscarán alternativas en otras regiones, diluyendo el liderazgo estadounidense. La solución, sugirió, es una regulación clara y abierta a la cooperación internacional.
En conclusión, la propuesta de Lisa Su va más allá de fabricar chips; es un llamado a construir un país preparado para liderar en inteligencia artificial. Si sus recomendaciones se consideran, Estados Unidos podría consolidar su liderazgo en IA. De lo contrario, el riesgo es quedarse rezagado en una revolución que ya está en marcha.