Después de una pausa forzada por un escándalo mediático debido a un viaje de lujo a Tokio, Andrés Manuel López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente López Obrador, ha retomado su actividad política. Su regreso se centra en afiliar a 10 millones de personas al partido gobernante, una tarea que realiza con independencia de la dirigencia nacional, liderada por Luisa María Alcalde. Aunque López Beltrán ha evitado el protagonismo, sus apariciones en redes sociales han sido escasas y cuidadosas, reflejando su estrategia de control de daños tras el escándalo. Con un enfoque en fortalecer el partido en diversos estados, su distancia de Alcalde es evidente, una diferencia que se manifiesta en visitas a las mismas ciudades pero con enfoques distintos. Este contexto interno en Morena coincide con una serie de escándalos que han complicado la imagen del partido, incluyendo la vinculación de figuras cercanas con actividades delictivas, además del inicio anticipado del ciclo electoral de 2027.
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