La industria de los smartphones podría estar a punto de ver un regreso inesperado: el retorno de la ranura para tarjetas microSD. Durante años, esta característica fue relegada al olvido en favor de diseños más elegantes y almacenamiento interno más espacioso. Sin embargo, un nuevo contexto económico y tecnológico estaría forzando a los fabricantes a reconsiderar esa decisión.
Impulsadas por un aumento abrupto en los costos de la memoria debido a la creciente demanda de inteligencia artificial, las empresas estarían evaluando la reintegración de las microSD en modelos de gama baja y media a partir de 2026. La explosión de la IA móvil ha incrementado la demanda de DRAM, un componente vital tanto para smartphones como para servidores y PCs, llevando a un alza de precios pronosticada en un 75% para finales de 2025, según informes de TrendForce.
Esta presión económica ha obligado a los fabricantes a buscar estrategias para contener costos sin comprometer el rendimiento de sus dispositivos. Si bien reducir la RAM no es una opción viable debido a las exigencias de la IA, el almacenamiento ofrece un margen de maniobra. La solución propuesta implica disminuir la capacidad de almacenamiento interno de los dispositivos y suplementarla con la opción de expansión externa a través de microSD.
El plan es claro: ofrecer opciones más asequibles reduciendo la base de almacenamiento a 64 o 128 GB, acompañadas de una ranura para microSD, permitiendo a los usuarios incrementar la capacidad según sus necesidades. Esto resultaría especialmente atractivo para el sector de gama baja y media, donde el precio es un factor decisivo.
El retorno de las microSD no significaría un retroceso tecnológico. Las tarjetas actuales han evolucionado significativamente, con nuevos estándares como microSD Express, capaces de competir en velocidad con la memoria interna. Estas mejoras ofrecen una experiencia de almacenamiento más fluida y menos costosa, ampliando la capacidad sin elevar el precio del dispositivo.
No obstante, esta decisión también conlleva desventajas técnicas. Aunque las microSD modernas son más rápidas, el almacenamiento interno continuará superando en rendimiento a las tarjetas externas, algo crucial para aplicaciones pesadas y juegos demandantes. Además, aspectos como la fiabilidad, la fragmentación y las limitaciones de Android en el manejo de almacenamiento externo podrían causar problemas potenciales.
Paralelamente, la escalada en el costo de la memoria también afecta a los smartphones de gama alta. Con la expectativa de que la tendencia de precios altos se mantenga en los próximos años, la reaparición de la microSD podría ser más que una moda pasajera. Si bien resulta improbable que los modelos más avanzados vuelvan a incorporar esta característica, el mercado de gama media y baja, donde el control del precio es esencial, podría adoptar esta estrategia de manera más duradera.
El dilema para la industria es si se trata de una solución temporal ante una crisis de precios o el inicio de un cambio más profundo en el diseño de los smartphones. Dado el panorama actual, la reintroducción de la microSD aparece como una opción pragmática para equilibrar las necesidades de los consumidores con las nuevas realidades económicas, en un futuro en el que la inteligencia artificial hará los dispositivos más inteligentes, pero también más costosos de producir.








