En medio de las especulaciones por la sucesión en el Vaticano tras el fallecimiento del Papa Francisco, varios nombres emergen con fuerza entre los «papables». Aunque algunos candidatos tradicionales como el filipino Luis Antonio Tagle y los italianos Pietro Parolin y Pierbattista Pizzaballa son mencionados, surgen apuestas novedosas ante la necesidad de un consenso. Con énfasis en una representación diversa, se evalúan candidatos como Anders Arborelius de Suecia, conocido por su visión global, y Robert Francis Prevost de Estados Unidos, con experiencia en América Latina. El canadiense Gérald Lacroix, a pesar de haber enfrentado acusaciones, es visto como un puente entre el norte y sur del continente. El húngaro Peter Erdo destaca por su equilibrio entre tradición y apertura, atrayendo tanto a conservadores como liberales, y se proyecta como una figura unificadora ante los desafíos actuales de la Iglesia.
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