La balanza de poder en el conflicto sirio ha cambiado drásticamente gracias al uso de drones Shaheen por parte de la oposición, liderada por Hayat Tahrir al Sham, lo que ha permitido a los rebeldes tomar el control de Alepo y sus provincias vecinas. Estos drones, algunos incluso modificados para ser kamikazes, han sido clave en la ofensiva relámpago que ha obligado a las fuerzas de Bashar Asad a replegarse hacia Hama y Homs, tras sufrir la pérdida de aeropuertos y armamento militar. A pesar de las especulaciones sobre un posible apoyo ucraniano en el entrenamiento y suministro de estos drones, fuentes turcas minimizan esta influencia, destacando la capacidad de los rebeldes para adquirir tecnología a través del mercado negro. Los avances rebeldes han evidenciado la creciente importancia de la tecnología en el campo de batalla, en un escenario marcado por el debilitamiento de las posiciones gubernamentales, sostenidas históricamente por el apoyo aéreo ruso y iraní.
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