La Tierra, protegida por diversos campos de fuerza que resguardan a sus habitantes de la radiación cósmica, ha revelado recientemente un nuevo defensor, el campo eléctrico ambipolar. Este fenómeno, generado en la interacción entre electrones y iones a alturas superiores a los 250 kilómetros, crea un campo eléctrico que estabiliza estas partículas mediante un empuje bidireccional. Hasta ahora desconocido, se une a la gravedad y al campo magnético como uno de los mecanismos vitales que han permitido el desarrollo de la vida en nuestro planeta, al actuar como una barrera adicional frente a los peligros provenientes del espacio exterior.
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