Pedro Sánchez, presidente del Gobierno español, sufrió abucheos durante su visita a las pistas de esquí de Cerler, Huesca, donde se encontraba junto a su esposa, Begoña Gómez, investigada por indicios de delitos de corrupción. A pesar de esconderse tras su equipamiento de esquí, algunos ciudadanos lo reconocieron y le increparon, acusándolo de corrupción y burlándose en redes sociales con videos del incidente. La escapada, considerada un viaje privado por Moncloa, no pasó desapercibida debido al dispositivo de seguridad que rodea al líder socialista. Los vínculos del presidente y su esposa con la llamada «trama Ábalos» y el «clan de Benasque» han alimentado el descontento ciudadano, destacando las conexiones y controversias que circundan al círculo cercano de Sánchez.
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