La reinauguración de la catedral de Notre-Dame simboliza tanto la resistencia como las dificultades del mandato de Emmanuel Macron en Francia. En un contexto de declive político, Macron ofreció un discurso lleno de simbolismo al recibir a líderes mundiales como Donald Trump, el presidente electo de Estados Unidos. Sin embargo, la realidad política es tumultuosa: tras la victoria de fuerzas extremistas en las elecciones europeas, Macron convocó elecciones anticipadas, resultado en una Asamblea Nacional dividida e ingobernable. Su decisión, considerada un error de cálculo, ha debilitado su liderazgo y creado una crisis sin precedentes. Con su popularidad en caída y desafíos políticos y económicos persistentes, el legado de Macron, caracterizado por reformas significativas pero divisivas, enfrenta un escrutinio severo. Mientras el presidente se compromete a concluir su mandato, la búsqueda de estabilidad política en Francia continúa siendo incierta.
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