La desaparición de Jesús Armas, exconcejal de Caracas y miembro del equipo de María Corina Machado, ilustra las tácticas represivas del régimen de Nicolás Maduro, que utiliza la detención arbitraria como herramienta para paralizar la oposición política en Venezuela. Su caso suma al creciente número de presos políticos, estimado en más de 2.000 tras las últimas elecciones, según defensores de derechos humanos. Armas fue identificado en El Helicoide, tras ser vinculado sin pruebas a supuestos actos de conspiración, en un patrón recurrente de intimidación y persecución política. La situación refleja un contexto de violación sistemática de derechos donde las familias enfrentan opacidad y obstaculización para asegurar el bienestar de los detenidos. La comunidad internacional ha desempeñado un rol en presionar al régimen, pero los activistas abogan por una mayor visibilidad y protestas para desafiar el clima de terror instaurado por el gobierno. Ante el incierto panorama político, el compromiso con la defensa de los derechos humanos sigue siendo una prioridad para los opositores y sus partidarios.
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