En un intento por silenciar posibles críticas y reportes sobre violaciones de derechos humanos, las autoridades han impuesto medidas cautelares a los recién excarcelados, prohibiéndoles compartir con la prensa detalles sobre los supuestos malos tratos sufridos durante su encarcelamiento. Esta estrategia busca limitar el flujo de información respecto a las condiciones de detención y el trato recibido en prisión, generando preocupaciones sobre la transparencia y el respeto a la libertad de expresión. La situación subraya las tensiones entre las autoridades y los medios de comunicación, en un contexto donde las violaciones de derechos humanos son un tema cada vez más delicado.
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