En Valencia, la comparecencia de la ex consellera de Justicia, Salomé Pradas, y su ex número dos, Emilio Argüeso, atrajo más medios que activistas, en una protesta dominada por organizaciones de izquierdas. Destacó la figura de Maribel Gradoli, militante de Compromís y presidenta de la Asociación de Víctimas de la DANA, quien intentó desvincular su presencia de su afiliación política. Las críticas se centraron en el gobierno autonómico de Carlos Mazón, obviando la actuación del gobierno central de Pedro Sánchez, al que señalaron por no haber desplegado el Ejército en su momento. Esta falta de balance en las acusaciones provocó tensión, evidenciando un sesgo político en la protesta. A pesar de los esfuerzos por organizar un escrache contra los representantes valencianos, la movilización de activistas fue escasa en comparación con la presencia de periodistas.
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