En la actualidad, el colectivo médico y facultativo enfrenta uno de los momentos más críticos de su historia, y es por ello que ha decidido alzar su voz de manera contundente. La defensa de una sanidad pública de calidad no es solo un interés corporativo, sino un derecho esencial de la ciudadanía a recibir atención médica de excelencia. En este contexto, se ha presentado un rechazo rotundo a la reforma del Estatuto Marco del Ministerio de Sanidad, que no aborda las necesidades reales del ejercicio médico ni los retos que enfrenta el sistema sanitario público.
Los profesionales de la salud son los pilares que sostienen la atención médica diaria, y han manifestado de manera clara que la propuesta actual no solo ignora la singularidad de su labor, sino que también perpetúa niveles de temporalidad inaceptables y no resuelve los importantes problemas estructurales relacionados con la jornada laboral. Un Estatuto Marco que no brinde estabilidad, dignidad y seguridad jurídica no solo desatenderá a los médicos, sino que también pondrá en riesgo la capacidad del sistema para retener talento, lo que, a la larga, comprometerá la atención sanitaria que reciben los ciudadanos.
Por ello, la exigencia de una negociación real y la participación efectiva de los representantes de la profesión se convierten en acciones fundamentales. Se demanda un Estatuto propio que reconozca la especificidad del trabajo del colectivo médico, asegurando condiciones laborales dignas y estables. Esta lucha no es un simple ejercicio de reivindicación; es una defensa de la sanidad pública, del futuro y de la calidad de atención que merece la ciudadanía.
El apoyo de compañeros y compañeras en esta convocatoria de huelga ha sido fundamental, así como la comprensión de la ciudadanía, quienes son parte vital en este proceso de reivindicación. La firmeza y la responsabilidad acompañan el compromiso de diálogo en busca de soluciones, pero también se manifiesta la determinación de no detenerse hasta lograr los objetivos planteados.
Desde el Sindicato Médico Andaluz, se reafirma que no se trata de pedir privilegios, sino de exigir respeto por una profesión que trabaja incansablemente por el bienestar de la población. Las reivindicaciones son claras: estabilidad, dignidad y reconocimiento, aspectos que son esenciales para garantizar un sistema sanitario fuerte y capaz de responder a las necesidades de todos.
Fuente: Sindicato Médico Andaluz.







