Manolo el del Bombo convirtió su pasión por el fútbol en el eje de su vida mucho antes de que la selección nacional comenzara a acumular triunfos en campeonatos. Su dedicación inquebrantable al equipo lo ha convertido en un emblema entre los aficionados, destacándose por su espíritu incansable de apoyo, que continúa siendo una constante en los partidos.
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