Las almohadillas de los galgos desempeñan un papel esencial en su salud y bienestar, actuando como una barrera protectora y proporcionando amortiguación ante los impactos durante sus actividades cotidianas. La correcta atención y cuidado de estas almohadillas son claves para evitar lesiones y asegurar que nuestros amigos peludos disfruten de una vida activa y feliz.
Las almohadillas, aunque robustas, son extremadamente sensibles. Están constituidas por una piel más gruesa y generalmente de pigmentación más oscura, rica en queratina, que les otorga resistencia frente a la fricción. Estas estructuras son comparables a la suela de un zapato natural, protegiendo a los galgos del desgaste y las lesiones que pueden ocurrir al andar sobre diferentes superficies. Además, contribuyen a amortiguar los impactos y regulan la temperatura corporal del perro.
Para mantener las almohadillas en condiciones óptimas, es recomendable habituar al galgo a diferentes terrenos, incluyendo caminos de tierra, áreas rugosas y asfalto. Es importante ser conscientes de cómo afecta el calor a sus patas. Al igual que los humanos que pueden sentir la quemadura del suelo caliente, los galgos también experimentan molestias similares. Para protegerlas, se recomienda evitar salir en las horas de mayor calor y utilizar la "regla de la palma": si al tocar el suelo con la palma de la mano no se puede soportar el calor durante más de cinco segundos, es probable que las almohadillas de tu galgo también sufran.
Identificar problemas en las almohadillas es crucial. Un galgo puede estar experimentando molestias si se lame excesivamente las patas o muestra renuencia al apoyar una extremidad, lo cual puede manifestarse como cojera. Las lesiones comunes incluyen quemaduras, desgastes, llagas y laceraciones. En caso de heridas menores, es fundamental mantener las almohadillas hidratadas y aplicar una crema cicatrizante. Para cortes, se recomienda limpiar la herida y aplicar un jabón antiséptico seguido de una crema hidratante que estimule la curación. La hidratación constante de las almohadillas es esencial para prevenir futuros problemas.
El tiempo de recuperación de las lesiones en las almohadillas varía según su gravedad, la presencia de infecciones y la calidad de los tratamientos aplicados, oscilando entre días y semanas. Dado que las almohadillas son un tejido queratinizado, su curación puede ser más lenta que en otros tipos de piel. Mantener cortas las uñas también es un aspecto importante, ya que unas uñas largas alteran la pisada y aumentan el riesgo de daño en las almohadillas.
Para el tratamiento y cuidado continuo de las almohadillas, es recomendable utilizar cremas hidratantes que favorezcan su salud. Algunas opciones efectivas incluyen:
- Manteca de karité: Con propiedades antiinflamatorias, cicatrizantes y altamente nutritivas gracias a su contenido de vitaminas A y E, es ideal para quemaduras y otras irritaciones de la piel.
- Crema de urea: Proporciona hidratación y reparación a las zonas afectadas.
- Cremas hidratantes tipo Nivea: Son convenientes para mantener la piel en condiciones óptimas.
- Cremas de aloe vera: Este ingrediente natural es conocido por sus propiedades antisépticas y calmantes, ayudando en la regeneración de la piel.
- Aceite de hipérico: Conocido por sus efectos curativos en lesiones cutáneas.
El mantenimiento adecuado de las almohadillas de los galgos no solo previene lesiones, sino que también asegura que estos animales puedan disfrutar plenamente de su naturaleza activa y juguetona. Cuidar de sus patas es un paso fundamental para garantizar su bienestar general y su calidad de vida.
Fuente: Federación Andaluza de Galdos.
