La líder histórica de la extrema derecha francesa, que recientemente fue condenada, ha declarado que su partido no permitirá «que a los franceses les roben las elecciones presidenciales». En respuesta a esta situación, han convocado movilizaciones para el próximo fin de semana con el objetivo de manifestar su oposición y asegurar que el proceso electoral se desarrolle según sus criterios y expectativas. Estas acciones reflejan una creciente tensión política en el país en torno a la integridad de las elecciones.
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