El reciente contrato adjudicado por Marruecos a la empresa francesa Alstom para la provisión de 18 trenes de alta velocidad ha supuesto un revés para España, que había apostado fuertemente por estrechar lazos comerciales con Rabat a costa de sus relaciones con Argelia. Este importante acuerdo, valorado en 1.800 millones de euros y que se decidió a favor de la oferta «más competitiva» según el director de la oficina ferroviaria marroquí ONCF, coincide con un momento diplomático en el que Francia ha logrado consolidar su influencia en el país africano, evidenciada por la visita de Emmanuel Macron. Mientras tanto, España sigue lidiando con el bloqueo comercial argelino y la falta de progresos en la reapertura de las aduanas de Ceuta y Melilla, reflejando así las complejidades actuales en las relaciones trilaterales entre España, Marruecos y Argelia.
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