En Marruecos, una ola de protestas iniciada por jóvenes del colectivo GenZ 212 contra la desigualdad en sanidad y educación se ha transformado en un conflicto judicial sin precedentes. Mientras el gobierno no ofrece una respuesta clara, los tribunales han condenado a numerosos manifestantes con penas severas, sumando más de 2.000 arrestos desde el 27 de septiembre. Las manifestaciones, desencadenadas por la muerte de ocho mujeres en un hospital, han evidenciado el descontento con un modelo que prioriza la modernización, dejando de lado a gran parte de la juventud. A pesar de intervenciones del rey Mohamed VI y el primer ministro Aziz Akhannouch, las acciones oficiales no han logrado aplacar el malestar social creciente.
Leer noticia completa de Internacional en El Independiente.