El panorama laboral en España está experimentando transformaciones notables, según un reciente estudio realizado por Gi Group Holding. La investigación arroja luz sobre las dinámicas de movilidad laboral entre diferentes grupos de edad y géneros, con los jóvenes destacándose por su propensión al cambio. Más del 30% de los jóvenes han manifestado su intención de cambiar de trabajo en los próximos seis meses, una cifra que contrasta marcadamente con el enfoque más conservador de los mayores de 55 años, de los cuales solo un 31,5% considera un cambio laboral en el mismo periodo.
Las motivaciones que impulsan a los profesionales de todas las edades a explorar nuevas oportunidades son variadas, pero predominan dos razones principales: la búsqueda de mejores salarios y un equilibrio más saludable entre la vida laboral y personal. La primera es especialmente importante para los trabajadores mayores, donde casi el 85% ve crucial mejorar sus ingresos. Por otro lado, el deseo de conciliar mejor los compromisos laborales y personales destaca, con un 47,8% de los encuestados priorizándolo, y sube al 51,2% entre las mujeres.
El estudio también resalta una creciente reticencia hacia la creciente digitalización en los procesos de selección. A pesar de la comodidad que puede ofrecer la tecnología, el 91,7% de los encuestados valoran la importancia de tener al menos una entrevista presencial, subrayando la necesidad de interacción humana. La utilización de chatbots en esta etapa genera incomodidad a más del 57% de los profesionales, quienes prefieren un toque humano en su reclutamiento.
En cuanto a las expectativas temporales, un tercio de los profesionales espera una respuesta de las empresas en un plazo de una a dos semanas tras la solicitud de empleo. Destacan los mayores de 55 años, con un 30,7% esperando noticias en menos de una semana. A pesar de estos plazos esperados, recibir retroalimentación es una práctica común, con el 53,3% de los encuestados afirmando que sí reciben comentarios, aunque sea ocasionalmente.
A la hora de evaluar las ofertas de empleo, los salarios competitivos y las prestaciones económicas son decisivos. Más que un atractivo, constituyen un factor determinante que puede inclinar la balanza al elegir un nuevo empleo. La estabilidad laboral es igual de crucial, siendo importante para el 72,8% de los participantes en el estudio.
Prevalece una preferencia por las medianas empresas, que casi la mitad de los profesionales considera ideales debido a las ventajas que ofrecen sobre las grandes corporaciones y las pequeñas empresas. Estas últimas, no obstante, son valoradas por su agilidad y trato humano.
Por último, las bonificaciones por rendimiento emergen como un incentivo clave para aceptar una oferta, especialmente para los trabajadores de mayor edad, con el 61% indicando su peso en la decisión final. Otros beneficios tales como tiempo libre adicional y cobertura sanitaria también son altamente valorados, reflejando una aspiración por un entorno laboral que equilibre adecuadamente incentivos económicos y bienestar personal.
