La reciente postura de Bruselas respecto a la inmigración ha fortalecido la posición de la jefa del Gobierno italiano. Este cambio supone un respaldo significativo a sus políticas y enfoque hacia la gestión migratoria, un tema que ha sido central en su agenda y ha generado tensiones dentro y fuera de Italia. El apoyo de la Unión Europea refuerza su liderazgo y ofrece un enfoque más alineado entre Roma y Bruselas, lo que podría facilitar una mayor cooperación en la implementación de medidas concretas en los próximos meses. Esta sinergia podría influir significativamente en el debate migratorio tanto a nivel nacional como comunitario.
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