IREN Limited, compañía cotizada en el NASDAQ, ha firmado un contrato multianual significativo con Microsoft para la provisión de servicios de nube GPU. El acuerdo, valorado en aproximadamente 9.700 millones de dólares, posiciona a IREN como un proveedor clave de acceso a GPU NVIDIA GB300 durante cinco años, implementando un despliegue por fases que culminará en 2026. Este desarrollo se centrará en el campus de Childress, Texas, que cuenta con una capacidad de 750 MW. IREN planea construir centros de datos de refrigeración líquida que soportarán 200 MW de carga crítica de TI.
En paralelo, IREN ha firmado un acuerdo con Dell Technologies para la adquisición de las GPU y equipamiento necesario por un total de 5.800 millones de dólares, una cifra que incluye servicios de despliegue, servidores, InfiniBand, cableado, software y licencias. Daniel Roberts, cofundador y codirector ejecutivo de IREN, destacó la importancia de la asociación con Microsoft, que refuerza su plataforma de IA en la nube.
Jonathan Tinter, presidente de Desarrollo de Negocio y Ventures en Microsoft, reafirmó la relación estratégica con IREN, subrayando su experiencia y capacidad energética asegurada como factores decisivos.
La financiación del megaproyecto de IREN se logrará a través de una combinación de recursos, incluidos prepagos de clientes y flujos de caja operativos, además de potenciales iniciativas adicionales de financiamiento. Este esquema busca limitar el riesgo y acompasar las inversiones al calendario de ingreso.
El campus de Childress se convierte en un activo crucial para IREN. Con una capacidad de 3 GW de potencia asegurada en regiones ricas en renovables, la compañía está bien posicionada para responder a la creciente demanda de infraestructura en el mercado de IA.
Para Microsoft, el contrato significa ampliar su capacidad de cómputo y adaptarse a la creciente necesidad de entrenar e inferir modelos de IA de gran escala. A su vez, IREN se asegura visibilidad de ingresos a largo plazo y acceso a nuevos clientes hiperescaladores, enfrentando el reto de ejecutar el despliegue dentro de los plazos acordados.
Este acuerdo refleja la carrera global en la infraestructura de cómputo y la importancia de la energía y la refrigeración en el desarrollo de centros de datos de última generación. Mientras la industria se mueve hacia una mayor densidad y eficiencia térmica, un contrato de esta magnitud demuestra que la infraestructura es tan estratégica como los propios chips que la componen.
